viernes, 22 de marzo de 2013

Magia en el aire

Y aquí me encuentro, he estado esperando tu llegada y aun esta obscuro. Bueno exactamente lo que impide al sol salir es una espesa niebla. Se mueve de un lado a otro empujada por pequeñas ráfagas de viento, cambiando de forma, adquiriendo a cada momento una diferente. Tengo una imaginación tan grande que hasta las nubes me divierten. Miro desde el muro que separa el paseo de la playa y me da rabia no haber traído la cámara de fotos porque de verdad el paisaje está diferente, solitario. En la arena no hay ninguna huella, se muestra suave y brillante y el agua del mar, azul, calmada, fría. Observo atenta las diferentes formas de las nubes, es realmente maravilloso, hermoso. Hay algo misterioso en esta mañana. No recuerdo haber visto algo así nunca. Camina distraído mirando a un lado y otro como si buscara algo o alguien. Es un hombre raro, sí, diría que, cuando menos, es raro. “Tiene pinta de loco” me digo. Cuando no veo a nadie cerca, y ese es el caso ahora, estas personas raras me asustan un poco. No parece verme, camina como ausente y de vez en cuando se inclina y toma un puñado de arena y lo lanza al agua. Yo diría que esta triste o canta algo, pero no puedo oírle. Algo me empuja a descalzarme y bajar a la arena, es algo mágico, ha surgido de pronto. Hace un momento no lo sentía, pero es tan fuerte que ni siquiera pienso en lo que hago, solo lo hago. La arena está caliente en la superficie pero debajo es fría y húmeda, camino despacio, la brisa me envuelve y me lleva hacia el hombre que aún no me ha visto, eso creo. Es raro porque viene hacia mí y ya no está tan lejos. Puedo distinguir su cara, es moreno, alto, la cabellera larga y tiene una ligera barba de unos días, mira al mar, está totalmente ausente de mí. “¡Qué raro es todo esto!” Estoy a punto de darme la media vuelta y dirigirme a mi hogar, pero hay magia en el aire y tengo la necesidad de acercarme al hombre, no sé qué me sucede. Camino a su encuentro y él se acerca a mí. Sus ojos son extrañamente ausentes, diferentes, no había visto unos ojos así, parece no verme “¿Será ciego?” Aun así algo me empuja a alcanzarle. Cuando por fin estamos tan cerca que podríamos tocarnos, me mira y me sonríe con una expresión tal de felicidad que llena mi corazón de una alegría inmensa. Me dice algo, lo sé uporque mueve los labios, pero lo cierto es que no oigo lo que habla. Me dejo llevar de un impulso y voy hacia él para abrazarle. Pasa de largo. Su cuerpo se mezcla con el mío, lo traspasa como si fuera parte de la niebla que nos rodea. Alargo la mano y trato de tocarle, pero mi mano solo atrapa el aire. Toda mi alegría se transforma en pánico, ¿Qué está ocurriendo?, ¿Por qué me pasa esto?, ¿estaré soñando? Miro alrededor y no veo a nadie, tampoco al hombre, ha desaparecido, no dejo de pensar que extraño y loco es esto. En ese momento una ola más fuerte que las demás salta y me salpica. No me he mojado, mi pantalón está lleno de agua y se ha vuelto pesado, pero no me noto mojada. Me lanzo a correr y la niebla parece seguirme y va más rápida que yo, me envuelve en medio de una aterradora soledad. Parezco una pluma ligera y frágil. No siento nada, no veo sino la niebla y una luz que la ilumina. Apenas puedo pensar. Por fin lo entiendo. 
Estoy muerta.

Valery A.

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